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Foto del escritorAlan Quiroz

Cuando la necesidad conoció a la oportunidad.

Si alguien dentro de un casino en Las Vegas arrojara fichas al aire -de esas que puedes cambiar en la ventanilla por 1000 dólares- es muy probable que la gente (por muy adinerada que fuera y lo es en tanto está apostando en un casino) tratara de recogerlas; es decir, su condición de clase privilegiada no sería un impedimento para que intentaran quedarse con alguna. Incluso creo que si tú te encontraras un billete de 500 pesos tirado en la calle; lo recogerías.


Entonces, las personas del casino y tú ¿estarían robando? Definitivamente no. Las fichas estaban en el suelo lo mismo que el billete. Pero, ¿por qué les recogieron si no son suyas y tampoco les urge el dinero? Simple: vieron la oportunidad y la aprovecharon.


Algo similar pasó en Tlahuelilpan: la gente que corrió con bidones, cubetas o cualquier recipiente para acaparar algo de combustible vieron la oportunidad de tomar algo que no era suyo y lo hicieron. Llamarles ladrones implica que ellos, todos, perforaron el ducto y no es así: la gente acudió porque se enteraron a través de llamadas y mensajes de texto que había gasolina gratis.


Entonces, ¿es correcto tomar gasolina que no es tuya? No. Como no lo sería que recogieras una ficha o un billete que no es tuyo.


Entonces todos aquellos que poseen algo que no es suyo, ¿merecen no sólo morir quemados sino además ser señalados como ladrones? o ¿merecen sus familiares ser víctimas de burlas en medio del sufrimiento que implica ver quemados a los tuyos? ¿es correcto hacer chistes de pésimo gusto en medio de tanto dolor? Creo que coincides con un rotundo no.


Llegué a leer a quienes decían "se lo merecen por robar"; es entonces que me pregunto ¿de verdad es tan difícil concebir que existen personas con un alto grado de necesidades? Es probable que para alguien con acceso a internet, grados académicos, celular y tres comidas al día, un litro de gasolina no le cambie su semana pero no así para muchas personas; para algunos es la diferencia entre que sus hijos coman bien o de plano no lo hagan.


No sé si lo sepas pero el 55% de los habitantes de Tlahuelilpan son pobres pero no pobres así nada más en abstracto: no tienen acceso a drenaje, a escuelas, al agua limpia, a la telefonía y las cosas que la mayoría de los citadinos damos por sentado que todos tienen.


Es probable que por ello nos sentimos facultados para decir cosas como "robar es robar, ninguna necesidad lo justifica", "la educación es primero", "yo también quiero gasolina y no por eso ando robando" pero, ¿de verdad compartimos tantito de esa necesidad, de ese dolor, de ese su sufrimiento o carencias básicas que afectan a esas personas como para sentarnos sobre nuestro privilegio y desde ahí señalarles?


Supongo que sabemos:

1. Que quienes murieron quemados no usarían la gasolina para llenar los tanques de sus camionetas Suburban.

2. Que ellos no abrieron los ductos.

3. Que el cáncer llamado huachicol no es sólo culpa de quienes aprovechan las fugas sino de todos quienes sabían y nada hacían o incluso de quienes nunca cuestionaron a su gobierno aún sospechando que les robaban.

4. Que este saqueo que padecemos desde hace tres décadas no nació solito; le ayudaron desde el gobierno y el empresariado.

5. Que nadie hizo nada y por tanto creció del tamaño que hoy tiene.

6. Que era peor no hacer nada; que era horrible seguir en la dinámica del "ojos que no ven corazón que no siente".


Creo que si no lo sabemos pero al mismo tiempo señalamos a las víctimas estamos asumiendo muchas cosas y en el camino nos estamos equivocando: murieron personas, seres humanos, niños entre ellos y que por tomar unos litros de gasolina que no eran suyos, no les hace merecedores a morir de esa forma.


¿Podemos de verdad imaginar diez segundos lo que es morir calcinado?

Creo que es momento de sentarnos un rato y darnos un respiro; voltear hacia atrás para ver a nuestra sociedad; esa de hace 30 años para darnos cuenta que no éramos así; que no pensábamos de esta forma; que probablemente el vivir rodeados de esta violencia sistemática nos hizo cínicos e insensibles.


Estoy convencido de que las personas que murieron son víctimas de la corrupción e inacción de las administraciones pasadas que nada hicieron contra el huachicol cuando era sólo un fenómeno de coyunturas; que son víctimas de la pobreza y del hambre que ellos no pidieron y víctimas también del "con estos litros ya la libro esta semana".


Minutos antes de la tragedia, vi que un hombre tenía medio cuerpo dentro del combustible para desde ahí llenar mas rápido sus recipientes.

¿Cuánta necesidad tiene que rodearte para arriesgar tu vida por unos litros de gasolina?


Por otro lado, qué triste es ver y escuchar a tanta gente que hace mofa de la tragedia sin profundizar en el tema; si lo hiciera podría entender que la tragedia de Tlahuelilpan sucedió porque la profunda necesidad de la gente conoció a la pinche oportunidad que implica ganar algo extra.


Pensémoslo un instante.


PD. Desde el día de la tragedia borré a 23 personas que estaban en mi red de "amigos"; pasa que yo no tolero a nadie que se burla de quien muere; ni a aquellos que discriminan, humillan o insultan haciendo comentarios racistas, machistas o misóginos disfrazados cobardemente de chistes o de memes. Los hoy borrados, solitos se mostraron tal y como son: indolentes, impertinentes, inhumanos, insensibles, idiotas.


Si eres uno de ellos; pronto les acompañarás.

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